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JULIO - AGOSTO 2017           Nº 56

LA ESPECIALIDAD DE ENFERMERÍA EN URGENCIAS, MÁS NECESARIA (SI CABE) EN VERANO

Cuando hablamos de crear una especialización en Urgencias y Emergencias en nuestro colectivo, lo que pretendemos en realidad es sentar las bases para la formación de un grupo de profesionales que atienden a pacientes con necesidades de salud muy específicas, haciéndolo además con todo el rigor científico y técnico que los conocimientos actuales proporcionan. Cabe pensar incluso que con ello mejorarían también áreas como la investigación, la docencia o la prevención.

Es un secreto a voces que nuestra sociedad científica, la Sociedad Española de Enfermería de Urgencia y Emergencias (SEEUE), en todas sus manifestaciones públicas, y nuestra revista es una de ellas, hace tiempo que viene abogando por dicha formación específica. Pensamos además que ello, lejos de restar, contribuiría a lo que es una de las grandes bondades de nuestra formación como profesionales, la versatilidad (una formación enfermera en Urgencias y Emergencias es un valor añadido sea cual sea el puesto a desarrollar, porque somos el colectivo sanitario que atiende al paciente como un ser global, no parcializado).

Argumentos no faltan, cito a continuación algunos con un gran peso específico ya expresados por distintas sociedades y que son tan obvios que no admiten discusión: Aumento en la demanda de la asistencia de urgencias por parte de la ciudadanía con la necesidad de atender casi simultáneamente urgencias vitales, cuidados geriátricos, cuidados paliativos, pediátricos, etcétera. Conocimiento y manejo de técnicas específicas (monitorización de paciente crítico, técnicas de soporte vital básico y avanzado, técnicas de traslado y otros). Manejo de farmacopea específica.

Quiero en esta carta editorial manifestar la opinión de una enfermera con años de trabajo en un Servicio de Urgencias que, por pertenecer a un gran Hospital y estar situado en el corazón de una ciudad grande, tiene una demanda y una casuística elevadas.

Se acerca la época estival que junto con la invernal coincidente con las semanas de epidemia de gripe, son las de mayor demanda y conflictividad para nuestro colectivo. Además, durante este período de verano se procede al cierre de camas hospitalarias. Y lo que es más importante, que influye de manera negativa en la calidad de la asistencia percibida así como en la sobrecarga de trabajo, la necesidad del personal habitual de vacacionar y por ello la necesidad de contratar personal con poca experiencia.

Una de las actividades más sensibles de un Servicio de Urgencias se desarrolla en el área de Clasificación o Triaje, de su correcta ejecución depende en gran medida el buen o mal funcionamiento de la guardia y para ello se requiere un cierto grado de adiestramiento que hace que habitualmente se reserve a personal experimentado. Otro punto sensible es la atención directa al paciente crítico (Circuito de Pacientes Críticos), que obligatoriamente en cada turno ha de tener un referente y de nuevo ha de ser atendida por personal experimentado. Multitud de técnicas (aplicación del Código 41 o donación en asistolia, intubación difícil, vías difíciles y otras), requieren el manejo por personal “veterano”. Podría seguir citando actividades de rutina en un Servicio de Urgencias que precisan de un período largo de adiestramiento, tanto que exceden al propio contrato del personal eventual.

Por todo ello y aunque la ratio de sustitución durante la época de verano sea la correcta (1:1), el funcionamiento global no lo es ya que no se garantiza la presencia de personal especializado y con experiencia durante todas las franjas horarias (como se relata en el estudio conjunto realizado por los defensores del pueblo en 2015, Las Urgencias Hospitalarias en el Sistema Nacional de Salud; derechos y garantías de los pacientes).

Considero por todo lo anteriormente citado que el reconocimiento de un área de especialización en Urgencias y Emergencias Enfermeras con un programa docente propio, tendría efectos positivos en los resultados de calidad asistencial, contribuiría a la existencia de una bolsa propia de trabajo, aumentaría la seguridad de los pacientes y en definitiva sería un paso más para la excelencia. Desde la SEEUE continuaremos reivindicando la formación y titulación específica.

 

Mª Ángeles Rivera Vizcaíno.
Enfermera de Urgencias del H.U. Virgen del Rocío, Sevilla.
Miembro del Comité Científico de la SEEUE